Esta mañana temprano el Lapin Agile estaba vacío. No
había movimiento por las calles, parece que todos han huido al mar a
refrescarse. Yo estaba desayunando cuando, de repente, sus puertas se han
abierto y ha irrumpido en la sala un hombre grande y de complexión fuerte. Sus
botas de piel espolvoreadas de arena, su melena y su poblada barba canosa le
daban una imagen desenfadada, de aventurero. Lo examiné con la mirada y traía
un mono apostado en su hombro. “¿Pero de
dónde ha salido este hombre? Parece que se ha escapado de una película de
Indiana Jones”- me preguntaba yo.
El misterioso señor se fue acercando y se sentó a mi
lado. El mono saltó de su hombro, recorrió intrépido la mesa y se subió
velozmente sobre mi hombro y comenzó a examinar mis cabellos.
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Soy Gerald Durrell y vengo a hablarte de Mi familia…- se interrumpió y concluyó sonriendo- y otros animales.
Entre risas, su relato fue surgiendo, como el vecino
que te cuenta sus vacaciones en Benidorm. Y trenzando sueños y madera él, con
manos hábiles, fabricó un pequeño bote para que fuéramos a navegar. Desde la
arena le ayudé a empujar la barcaza y ya, alejados de la orilla, en pleno mar
Mediterráneo comenzó a relatarme sus aventuras en la isla de Corfú.
El balanceo de la barca y el olor a salitre me han
traído tranquilidad y las palabras del pequeño de los Durrell me han hecho
rencontrarme con una sonrisa que, en estos tiempos, es más que huidiza.
Me ha hablado de sus hermanos Larry, Leslie y Margo,
de la paciencia de su madre, de Spiro, un griego angloparlante que les hizo de ayudante,
pero sobre todo… de Teodoro Stefanides, que fue profesor del pequeño Gerrie
durante su estancia en Grecia.
Familia Durrell (foto de la colección de G.D.) |
Tumbados en la barca, con los remos alzados, la
narración de sus múltiples anécdotas no tiene fin: su afición por conocer las
plantas de la isla, su colección de insectos, su perro Roger, la malograda
tortuga Aquiles…
-
Aquiles se esfumó. La encontramos, para nuestra
consternación, muerta. Ni los intentos de Leslie de hacerle la respiración
artificial, ni la sugerencia de Margo de meterle fresas por el gaznate abajo
(para darle, como ella explicó, una razón para vivir), lograron la menor
respuesta. La enterramos, Larry con voz temblorosa leyó una elegía fúnebre.
Solamente Roger deslució el acto, insistiendo, a pesar de mis protestas, en
mover el rabo durante toda la ceremonia funeraria.
Hasta con los acontecimientos tristes, logra sacarte
una sonrisa.
Gerrie y Roger |
La infancia de Gerald D. en la isla de Corfú tuvo
que ser maravillosa. Saliendo de excursión con su profesor, yendo a pescar,
conociendo a intelectuales amigos de su hermano mayor… Y todo ello, con esas
aguas turquesas como telón de fondo ¡Qué envidia!
El señor Durrell vuelve a coger los remos, tenemos
que regresar al Lapin Agile pues él debe tomar un tren con destino a Londres
(me ha prometido que me mandará alguna postal antigua por correo ordinario).
Así que nos despedimos y él me agradece que haya
colaborado con su fundación Durrell Wildlife que ayuda a la protección de
animales y que se financia con donativos y con los derechos de autor de sus
libros.
Como regalo de despedida, su mono me ha dejado en la
mesa un ejemplar de “Bichos y demás
parientes” para que siga disfrutando de las cómicas aventuras de
su familia.
Descubrí este libro en Grecia, cenando
en Meteora (cerca de Kalambaka) hace dos años. Coincidí en el hotel con unas
valencianas que me hablaron de G. Durrell y me recomendaron este libro. La
verdad es que me ha encantado su lectura (aunque a veces, al ser un experto,
detalla minuciosamente todos los tipos de plantas y animales. Hay gente a la
que eso no le gusta. Pero, en general, la narración está muy bien hilada). Con
él, he descubierto la isla de Corfú y si algún día tengo la oportunidad de
volver a Grecia, iré a visitarla.
Eso es lo bonito de los viajes, que
aprendes tantas cosas imprevisibles que no vienen en las guías…
Qué bien lo cuentas, MªJosé,...parece que estoy contigo tomando...no sé, un té o un vino blanco fresquito? Justo ayer vi este libro en el Fnac. aunque no reparé en el lo suficiente como para leer la contraportada. Sí además esta lectura, te surge por la vida de un viaje...mejor que mejor.
ResponderEliminarEstoy completamente de acuerdo contigo...cuando emprendes viajes, siempre es único e irrepetible...y sin querer, haces tu propia "guía" de viaje.
Anoto el libro, aunque creo que de momento, le daré tiempo...tengo tantos libros que me dicen ¡¡a mí!! ¡¡a mí!!
En fin...me ha gustado descansar contigo aquí, en este, tu rincón...
Un abrazo grande!!
Tú que me lees con cariño! :) Le dije a Gerrie D. que hiciéramos una barca grande, para que todos los que quisiérais os pudiérais tumbar con nosotros. Le tengo mucho afecto al libro, precisamente por eso, por la forma en que lo descubrí.
ResponderEliminarEs verdad eso de que los viajes siempre son irrepetibles. Puedes ir, cien veces, a la misma ciudad, que siempre encontrarás algo nuevo que antes se te ha pasado; o, incluso, te topas con alguna persona interesante que ya empieza a formar parte de tu vida.
Jajaja lo de que tus libros te dicen "¡a mí! ¡a mí!", también me ocurre. Pero lo mío es peor. A mi me hablan los libros que no son míos: los que están en las librerías. Y yo cierro los ojos y digo "no, para mi cumpleaños; no, para Reyes..." y me alejo rápido.
Me encanta verte por aquí!
Hola MaJosé, me gustan mucho los libros donde se le den bastante importancia a los animales, y por eso he disfrutado la parte de la tortuga, aunque muere. Pero dado que es la primera vez que escucho sobre ese libro, he quedado un poco confundida.
ResponderEliminarTu haz escrito esto o es salido del libro?? Porque si tu lo haz escrito entonces déjame felicitarte porque me encantó la redacción. Y si no lo haz escrito tu pues igual está muy bonito.
He buscado en wikipedia un poco sobre su vida...muy interesante.
Te mando un abrazo que cruze el mar!
Hola Pilar!
ResponderEliminarA mí también me gustan los libros que le den importancia a los animales. Es más, te confieso que, aún pecando de prejuiciosa, no confío en la gente que no respeta o no le gusta los animales.
Siento haberte confundido con mi entrada :) Del libro de "Mi familia y otros animales" he sacado las líneas que hablan de la tortuga (que está en cursiva), lo demás lo he escrito yo. Es que me gusta hacer las entradas con un toque personal, como si realmente hablara con los autores. Quizás quede un poco raro, pero es como me sale hacerlas. Aunque algunas veces quiero cambiarlas, para no parecer una loca, no sé hacerlo de otra manera :)
Yo te mando otro abrazo enorme y lleno de cariño!
MaJosé, solo te escribo para decirte que no cambies tu estilo, es super original y tienes mucho talento, creo yo. Besos!!
ResponderEliminarMuchas gracias Pilar, ¡eres un cielo! Con amigas como tú, da gusto escribir este blog.
EliminarMuchos besos! Me pongo el bañador y me voy nadando a tu blog!
me han recomendado este libro, y me encantará subirme a la barca contigo para viajar con Mr. Durrell
ResponderEliminar¡que cierto es que en los viajes aprendes cosas que no vienen en las guías! y siempre lo mejor, para mí, son las personas que llegas a conocer en ellos.
Abrazos, Ale.
¡Claro Ale! Sube a la barca, la hemos hecho bastante grande para que todo el que quiera se de el paseo con nosotros. De verdad, merece la pena, Durrell tiene mucho sentido del humor.
EliminarEstoy de acuerdo contigo en lo que importante de tratar con personas nuevas en los viajes. Gente con la que no habrías coincidido si no es por ese viaje. Y, desde ese momento, ya asocias a esa persona con aquel país o ciudad. Y todas nos enseñan algo que antes no conocíamos (aunque sea algo malo).
Otro abrazo fortísimo para ti!!