El martes el
sol apareció con fuerzas, así que decidimos salir del Lapin Agile y pasar la
mañana en Bolonia. En esta playa cercana a Tarifa (Cádiz) se encuentran las
antiguas ruinas de Baelo Claudia. Los vestigios pétreos, tan bien conservados,
permiten que nuestros ojos puedan levantar todo el urbanismo de lo que fue un municipium romano. El sobrenombre de
Claudia, le viene tras la concesión del título de municipio por el emperador
Claudio.
Fue fundada por los
romanos en el siglo II a. C. en lo que antes fue un asentamiento fenicio. Más
tarde, vivirá un período de apogeo gracias al desarrollo de la industria de
salazón de pescado, a la extracción del garum (una especie de aceite derivado
del pescado) y al comercio con el Norte de África. Dicen que en el siglo III d.
C., paralelamente a la crisis que azotaba todo el Imperio Romano, la ciudad fue
víctima de un terremoto y esto llevará a su decadencia, siendo abandonada
totalmente varios siglos más tarde (VII d. C.)
Conmigo he traído a Oscar Wilde (Cuentos Completos). Sé
que, desde que estudió en Oxford, fue un gran amante del mundo clásico, sobre
todo de Grecia. Así que he creído que le gustaría pasear por la Curia, por los
templos de la tríada capitolina, las termas o visitar el teatro y los salazones
(aunque, quizás el oficio
de salar pescado no sea lo bastante elegante para Wilde. Creo que ahí no se
detendrá mucho).
Miro a los visitantes
que discurren hacia el templo. Los imagino togados y con las bandejas de fruta
para hacer la ofrenda a Júpiter. Pienso
en los habitantes de entonces, en su día a día frente al mar, en su devenir por
el foro ajenos a la caótica vida de Roma.
La playa de Bolonia
está justo delante del conjunto arqueológico. Es una playa virgen de arena
blanca, con dunas vivas, poco frecuentada, sin urbanizaciones, ni hoteles a su
alrededor… ¡Un paraíso de los que ya no quedan! Un remanso de paz para
pasar el día leyendo (para que os hagáis una idea de la calma que se respira, había vacas tumbadas en la orilla y la gente lo veía como algo cotidiano).
Así que dejo atrás las
ruinas y recorro la arena fina de Bolonia hasta llegar al lugar donde se yergue
su majestuosa duna. Aquí arriba, mientras Mazapán corre de un sitio a otro, me
relajo y me sumerjo en el humor satírico de Wilde. Os dejo disfrutando de la
playa. Mientras, voy a intentar ayudar al Fantasma
de Canterville a dar una lección a los gemelos Otis. Con el miedo que me
daba de pequeña sólo escuchar el nombre… lo que me estoy riendo hoy.
Acabo de recordar que
tenía un tebeo de Zipi y Zape (de pequeña me pasaba las siestas de verano
leyéndolos, mientras esperaba las dos horas de digestión…) que contenía una
historieta bastante parecida. La familia Zapatilla visitaba un castillo
habitado por un fantasma y los gemelos hacían de las suyas. Seguramente a
Escobar también le cautivó el humor de este relato.
Mazapán os desea que paséis un día tan fresquito como ella. |
Las fotos de las ruinas son de otra visita que hice, me las ha prestado un amigo. Las que yo tomé fueron un desastre. Siento no haberme acercado más a las vacas para sacar la foto pero, como veis, llevaba a Mazapán y me daba miedo que corriera hacia ellas para jugar y acabara como Manolete.
Me gusta mi foto de las columnas :)
ResponderEliminarY me gusta Mazapán :)
De Wilde no puedo decir nada.
Esta vez hizo mucho mejor tiempo que cuando fuimos con la facultad.
ResponderEliminar¡Mazapán es la perra más bonita y más lista del mundo! (un poco llorona... pero nadie es perfecto).
Este libro de Wilde es ligerito, si no tienes mucho tiempo puedes leer algún cuento suelto y así lo conoces un poco.
Un saludo pablis!
Aún no conozco Tarifa...y siempre me han hablado muy bien de allí...tengo muy pendiente perderme por entre sus playas...Me encanta el nombre de tu perra...Mazapán. Se la ve feliz jugando con el agua.
ResponderEliminarOscar Wilde, es maravilloso llevarselo a la playa...yo también lo hice el verano pasado...pero no había ruinas romanas.
Eso de las horas de digestión y los tebeos me ha traido muy bellos recuerdos.
Un abrazo!!
María, Tarifa es preciosa y Bolonia es un paraíso. Espero que puedas visitarlas antes de que las inunden de urbanizaciones... (hoy ha salido en el telediario que quieren construir en la playa de Valdevaqueros... en fin).
EliminarJajaja Mazapán lleva conmigo desde el año pasado, me la regaló mi padre. Cuando dije que se iba a llamar así todo el mundo se llevó las manos a la cabeza. Pero con el tiempo les ha ido gustando. Además, cuando paseamos y la llamo, todo el que pasa por al lado y escucha el nombre se harta de reir, así que... es original y le saca una sonrisa a la gente.
De Wilde estoy deseando leer el Retrato de Dorian Grey, a ver si adelanto lecturas y me pongo.
Un abrazo y gracias por pasar siempre a visitarme!
Precioso lugar, espero que no construyan horribles urbanizaciones allí, como amenazan. Y tu perra, muy guapa y simpática (parece).
ResponderEliminarUn abrazo
Ojalá Elvira, espero que entiendan que tenemos que conservar los pocos paraísos que nos quedan. Bastantes urbanizaciones hay ya vacías. Mazapán es un encanto y bastante lila, todos los perros del parque le pegan, pobrecita...
ResponderEliminarUn abrazo Elvira, muchas gracias por pasarte :)